Las emociones están presentes en cada momento de nuestras vidas. El saber identificarlas, controlarlas, gestionarlas y utilizarlas con la habilidad adecuada, nos permite afrontar la vida de un modo más eficiente.
Desde el nacimiento, vamos construyendo el significado de las emociones a través de la experiencia, observando las expresiones faciales (las cejas, los ojos y la boca) e interpretándolas. Si alguien nos sonríe y eleva las cejas, lo entendemos como alegría y esto lo reconocemos en todas las personas, aunque los rostros sean diferentes o lleven algún complemento como unas gafas.
Las personas con TEA, tienen dificultades para identificar, controlar y gestionar sus emociones e identificar las de otros, ya que no procesan la información de la misma manera. Generalmente, tienen dificultades para desarrollar una integración perceptiva, lo hacen de forma parcial y por ello, les cuesta asociar mediante la experiencia las expresiones faciales a un estado emocional.
Es importante que aprendan a identificar las emociones básicas en otros, ya que esto es fundamental para desenvolverse adecuadamente en la sociedad. Para poder enseñarle las emociones, es necesario desarrollar la empatía, que es la capacidad de ponerte en el lugar de el otro, y la comunicación.
Los padres y profesionales podemos ayudarles a identificar las emociones. ¿Cómo podemos realizar esto?
Les podemos ayudar a identificar sus emociones, comentando en voz alta como se sienten cuando algo les hace muy feliz. Haremos lo mismo con la tristeza, el enfado y el miedo. Es conveniente empezar por la emociones básicas y más adelante ampliar.
Igual que verbalizamos cómo se sienten ellos, debemos comentar cómo nos sentimos nosotros en diversas situaciones o ante un comportamiento realizado por la persona con TEA. Por ejemplo: si se pone a gritar sin un motivo aparente, podemos enseñarle que nos ponemos tristes al verle así, que nos gusta que nos digan que pasa sin gritar.
Teniendo en cuenta que cada persona es diferente y que la capacidad de aprendizaje va variando, debemos trabajar con diversos recursos, además de afrontar las emociones con ejemplos, podemos valernos de tarjetas que las muestren, libros, vídeos y aplicaciones.
A continuación veremos algunos de los recursos que podemos encontrar por la red:
La Asociación Española contra el Cáncer (AECC), ha editado una guía de veinte páginas donde explica de forma muy visual las diferentes emociones que existen y la manera de identificarlas, comprenderlas, expresarlas y controlarlas, para desarrollar en los niños una buena salud emocional.
Podéis descargar la guía pinchando aquí. Es un buen recurso para realizar pequeñas actividades y coger ideas para desarrollar otras.
También podemos utilizar los juegos como recurso, una página donde aparecen diversos juegos gratuitos para trabajar las emociones es Even Better Games. Se puede jugar desde el ordenador y dispositivos táctiles.
Encontramos cuatro juegos, el primero de ellos "Nuestras emociones" trata de enseñar a reconocer estas, dando una explicación de cada una de ellas, poniendo un ejemplo de cuando nos sentimos de esa manera y por último, ofrece un ejercicio de reconocimiento de la emoción con diversas imágenes.
Los siguientes juegos "Cada oveja con su pareja" y "Esfúmate" son más específicos y se centran en identificar la expresión con la emoción.
"La ruleta de las emociones" nos enseña cómo nos sentimos en situaciones diferentes.
En la página de AUTISMO DIARIO, encontramos un texto sobre la aplicación "Proyecto Emociones" con la cual también podemos trabajar. Pinchando aquí podéis conocer la aplicación.
En Internet podemos encontrar mucho material para trabajar, pero es importante que conozcamos bien a la persona con TEA a la que queremos ayudar a comprender e identificar las emociones, ya que en muchas ocasiones las cosas que a nosotros nos hacen sentir bien y con las que mostramos alegría, para las personas con TEA pueden ser insignificantes, bien porque no comprenden las situación, como puede ser la celebración de un cumpleaños, o bien pueden sentir miedo y desagrado en lugar de alegría. Por ello, debemos conocer a la persona que tenemos delante y si alguno de los ejemplos de los juegos o materiales no nos sirven, ya que les podemos confundir, debemos adaptarlos.
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